Pequeña, ágil y veloz, un contrincante que en su hábitat natural es extremadamente escurridizo, en parte debido a su tono pardo que se camufla perfectamente en las zonas rocosas con algas en las que habita y se esconde, así como por su versatilidad, dado que camina tan rápidamente por las superficies marinas como lo hace nadando. No obstante, y como en ciertas ocasiones ocurre, las mejores esencias a menudo se recogen en frascos pequeños, y la nécora es un claro ejemplo de ello, habida cuenta de su carne exquisita y fina como pocas y, el gran deseo y admiración que despierta siempre entre los seguidores del marisco.
La nécora es un crustáceo de pequeño-mediano tamaño, puede alcanzar de media entre los 8 y los 10 cm, sin perjuicio de encontrar ejemplares de mayor tamaño. Tiene una morfología muy particular, con un caparazón duro y de textura rugosa en forma de hexágono. Cuenta con 4 pares de patas, el último de estos le permiten nadar con gran agilidad y rapidez pese a no ser un pez, es esta unas de las principales características de la nécora, que la diferencian así de otros crustáceos de su entorno. El quinto par de extremidades, está compuesto por dos pinzas, de pequeño tamaño pero muy fuertes, de las que se sirve para atrapar y sujetar a sus presas.
El tono aterciopelado de esta especie, que en parte se debe a las pequeñas algas y sustrato marino que se adhieren a su caparazón, le brindan una gran capacidad de camuflarse en su entorno, lo que le convierte en una especie muy difícil de observar a ojos inexpertos.
ALIMENTACIÓN
Se alimentan de pequeños bivalvos y crustáceos, así como de todo tipo de algas, constituyendo de esta forma una dieta omnívora. Asimismo, pueden alimentarse de pequeños peces muertos, incluso llegando a devorar, en ocasiones, a sus propios congéneres.
LOCALIZACIÓN, CAPTURA Y VEDAS
Es posible encontrar este espécimen en el Norte y Noroeste de nuestras costas, zonas de Asturias (Andaricas), País Vasco, Cantabria, Francia y zonas del archipiélago Británico, así como se aprecian bastamente en las costas de Galicia. Esta especie se localiza preferentemente en zonas rocosas, cercanas a la costa, y de poca profundidad, es por ello que en ocasiones y si uno está hábil, puede verse algún ejemplar durante la bajamar en algunas zonas. Sin embargo, también se encuentran ejemplares en zonas rocosas de hasta 70 metros. Buscan el abrigo y la diversidad biológica en torno a las zonas de roca, donde pueden encontrar resguardo de las fuertes corrientes, al igual que obtiene alimento con facilidad.
Nécora viva en los acuarios de A Centoleira
La captura de la nécora tiene lugar en gran medida a través del uso de nasas, en las que se introduce carne fresca de pescado entre otros recursos, para atraer a la nécora hasta su interior, donde una vez se ha introducido buscando alimentarse, se queda atrapada sin opción de volver a salir.
Por su parte, la veda de esta especie tiene lugar entre los meses de enero a junio, siendo a partir de este último mes, bien entrado el verano, el momento oportuno para buscar esta especie en cualquier mercado.
ÉPOCA DE DESGUSTACIÓN
Bien entrada la temporada estival, es posible encontrar buena nécora en cualquier plaza de abastos, lonja o restaurantes. Sin embargo, la carne de la nécora encuentra su estado óptimo de textura y sabor tras el verano, en los meses de octubre a noviembre.
OPCIONES GASTRONÓMICAS
Sin duda alguna, existe una gran predilección por la nécora cocida, es una forma muy sencilla y rápida de prepararla, y de esta forma permite al comensal disfrutar de su carne jugosa y fina en todo su esplendor.
Sin perjuicio de lo anterior, alrededor de la nécora ha habido gran sofisticación culinaria, aprovechando la finura y el intenso sabor de su carne, sobre todo la del caparazón, para elaborar jugosos patés, así como salsas con nécora, que sirven de gran acompañamiento a pescados frescos, como el “Rape en salsa de nécora”, una aclamada especialidad de nuestra casa.
COCCIÓN ÓPTIMA
La cocción de cualquier marisco, como siempre se recomienda desde nuestra casa, ha de ser con agua de mar. Colocamos un buen recipiente con abundante agua de mar fría, si la nécora está viva. Se incorpora al fuego el recipiente y se deja sobre él hasta que llegue al punto de ebullición. Una vez alcanzado este, debemos aguardar 8-10 minutos, este tiempo siempre dependerá en mayor o menor medida del tamaño de los ejemplares y de la cantidad que queramos cocer, dado que a mayor número de unidades y tamaño, se requerirá algo más de tiempo. Una vez transcurrido el tiempo indicado, se deben retirar del fuego, extraer del agua caliente y dejar que temperen a temperatura ambiente.
© Jesús Soage y Xulio Laiseca
Praia de Beluso 21 Julio 2021