Éste entrante o subría que se dibuja en la boca sur de la Ría de Pontevedra no es una ría en sí, pues no es el resultado de la erosión de un río a lo largo de miles de años como ocurre en las otras rias gallegas.
Para nosotros significa un paraíso y frontera compartida entre los concellos de Cangas y Bueu, extremo oeste de la Península do Morrazo.
Por desgracia las investigaciones geológicas y científicas predicen la desaparición de todas las playas de este entorno en unos miles de años con la subida del nivel del mar.
Pero vamos a ser optimistas y apuntaremos la gran potencia como recurso turístico y como productor de mejillón. Los bateeiros con unos dieciocho barcos y ciento cinco bateas producen un millón de kilos del rico molusco. Nos ha dicho algún experto en la materia que este de Aldán es más apreciado y se caracteriza por la concha menos oscura y más sabor a mar, sin que hiciese falta añadir sal al cocinarlo.
Asi pués debemos felicitarnos por la belleza de su costa y la proximidad de las vecinas islas de Ons, pero también de la calidad de los montes, leiras y cultivos incluyendo tradicionales vinos. Disfrutemos de todo esto con responsabilidad y respeto, comamos mejillones y vivamos como galegos.
Xulio Laiseca (nov 2022)