En búsqueda del príncipe azul, su sangre no es azul, ni tampoco es de la realeza, pero sin duda alguna, si alguien quisiese buscar en el mar, un solo pez, capaz de reunir en sí mismo, todas y cada una de las mejores cualidades, casi con toda seguridad escogería al Rodaballo, de carne jugosa y exquisita, blanca y limpia pero no por ello con menos intensidad de sabor, soberbio ante cualquier modalidad culinaria que se le dedique, la fama y valor está más que merecido para esta especie que, no solo es agradable de comer, sino también de vender, incluso facilita su captura, susceptible de ser cogido hasta con las manos al desnudo, eso sí, si uno es capaz, primero, de sumergirse unos cuantos metros de profundidad, y segundo, siempre y cuando tenga la agudeza visual para detectarlo sobre el lecho marino.

DESCRIPCIÓN

El rodaballo es un pez con forma romboidal, forma esta que se visualiza cuando sus aletas están plenamente desplegadas. Su aleta dorsal se ubica inmediatamente tras su cabeza, recorriendo toda la longitud de su fisonomía hasta prácticamente unirse con su aleta caudal. Los ejemplares de Rodaballo tienen un tamaño que oscila entre los 30 y los 60 cm de media, no obstante, se han capturado ejemplares de hasta 100 cm de longitud y 12 kg de peso.

Este espécimen presenta una característica pigmentación en su piel, de color pardo predominantemente,   aunque también cuenta con algunas manchas de color blanco o grisáceo, siempre dependiendo de la zona y del sustrato marino que tenga en su entorno. El cuerpo de este pez, presenta protuberancias óseas, en su zona inferior, cerca de su aleta pectoral, compartiendo este rasgo con otro pez de naturaleza similar como es el Coruxo o Rémol. Cabe decir, que las ejemplares hembras tienen un tamaño mayor que el de los machos, llegando esta diferencia a unos 5 cm de media.


Pieza fresca de Rodaballo salvaje

ALIMENTACIÓN

Su alimentación se compone principalmente de crustáceos, moluscos y de pequeñas especies de peces que se encuentran a su vez en el lecho marino, zona en la que principalmente se encuentra el Coruxo.

LOCALIZACIÓN, CAPTURA

Los ejemplares de menor edad, hasta los 2 años, prefieren zonas más cercanas a la línea de costa, donde se resguardan y camuflan en el lecho arenoso o cercano a rocas de alta concentración de algas, donde les resulta fácil mezc larse entre el color de la roca y la flora marina, para no ser visto. Sin embargo, una vez que alcanzan la madurez, se alejan hacia zonas de mayor profundidad, próximas a los 100 metros de calado, lugares estos que sobre todo frecuentan en época de apareamiento, habida cuenta del escaso número de depredadores que se cuentan a dichas profundidades.

Es posible encontrarlo a lo largo de toda la costa de Galicia, en el Cantábrico, Mediterráneo, Canal de la Mancha, Mar Bático y Mar del Norte entre otros, aunque su gran prestigio y número de adeptos, han hecho que el Rodaballo sea uno de los peces que más se utiliza en el sector de la cría o acuicultura, donde el tamaño mínimo de comercialización debe estar en los 30 cm.

En cuanto a su captura, es usual que se realice a través de aparejos de pesca, redes de enmalle para ser más preciso, entre otros. Sin perjuicio de lo anterior, puede ser pescado con caña artesanal desde una embarcación, o incluso realizando buceo deportivo, modalidad esta para los más expertos, dada la especial habilidad del Rodaballo para esconderse y, las profundidades que acostumbra a frecuentar, incluso cuando se ubica en zonas de costa.


Rodaballo salvaje sobre lecho arenoso

ÉPOCA DE DEGUSTACIÓN Y MEJORES OPCIONES GASTRONÓMICAS

Pese a que el Rodaballo es un pez que se puede encontrar en cualquier época del año, gracias en gran medida a la acuicultura, como toda especie, goza de unas épocas de mayor esplendor en las que su carne y sabor se ven enaltecidos, y es de marzo a mayo cuando resulta más recomendable.

Hemos adelantado al inicio de este post, que el Rodaballo es una especie que acoge con agrado y gusto cualquier opción culinaria posible, ya sea al horno, donde las piezas enteras guardan en su interior la carne jugosa y suave, al mismo tiempo que su piel se dora por fuera y se queda crujiente, o bien a la plancha, de forma más sencilla y sana, para aquellos que simplemente quieren disfrutar de su carne sin más acompañamiento que una pizca de sal y aceite, y para rematar aquellos románticos de la cocina de fuego lento, ricos olores y tradicional, guisado, con patata y verduras de la tierra, en una tartera de barro, tal y como nos gusta prepararlo en A Centoleira, donde la tradición se convierte en leyenda, y el barro en el que mejor la cuenta.

© Jesús Soage y Xulio Laiseca
Praia de Beluso 20 Junio 2021